Mito 1: La influenza es como un resfriado
Falso. Las infecciones por influenza son más severas, comienzan súbitamente y producen síntomas como fiebre, dolores musculares y articulares, escalofríos, dolor de cabeza, tos y dolor de garganta. Los síntomas obligan a permanecer en cama varios días y pueden causar neumonía o bronquitis, lo que comúnmente lleva a la hospitalización. El resfriado es una enfermedad leve, causada por varios virus respiratorios, que puede cursar con fiebre baja y pocos síntomas sistémicos.
Mito 2: La vacuna produce influenza
Falso. Las vacunas contra la influenza se han usado desde hace décadas, son seguras y no causan la enfermedad. Ayudan a que el organismo desarrolle inmunidad, por lo que ninguna vacuna existente puede producir la enfermedad. La vacuna de la influenza es hecha con un virus inactivado que no puede transmitir la infección. Luego de vacunarse, el cuerpo necesita alrededor de dos semanas para estar protegido, tiempo durante el cual la persona puede contraer la influenza u otros virus respiratorios con síntomas parecidos, y creer erróneamente que contrajo la enfermedad. La gente que se enfermó justo después de recibir la vacuna probablemente ya estaba enferma, no necesariamente por influenza sino por otros virus respiratorios.
Mito 3: Estás protegido desde que te vacunas
No. Toma al menos dos semanas tener protección contra la influenza. Por eso las campañas de vacunación se inician temprano, antes de que comiencen los casos de la enfermedad. Mientras antes mejor.
Mito 4: Si estoy embarazada o en lactancia no puedo vacunarme
Falso. Ni el embarazo ni la lactancia son contraindicaciones para recibir la vacuna contra influenza. La vacunación de la mujer embarazada, en cualquier semana de la gestación, es muy importante para protegerla a ella misma y al bebé durante los primeros meses de vida.
Mito 5. La influenza no es grave, no es necesario vacunarse
Falso. La influenza puede cobrar la vida de hasta 650,000 personas al año mundialmente. Aunque cualquier persona sana puede contraerla, el riesgo de complicaciones, como la neumonía, es mayor para aquellas personas que tienen un sistema inmunológico más vulnerable: mujeres embarazadas, niños menores de 5 años, adultos mayores de 60 años y personas con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades pulmonares y cardíacas; así como profesionales de la salud. Estudios muestran que pacientes hospitalizados con influenza que no han sido vacunados, tienen entre 2 y 5 veces más riesgo de morir que aquellos que han sido previamente vacunados.
Mito 6: La gente saludable no necesita vacunarse
Falso. La recomendación es que la mayor parte de la población se vacune contra el virus de la influenza cada invierno. Por ejemplo, la influenza H1N1, que circuló en 2009, afectó en gran medida a jóvenes y gente de mediana edad, personas saludables.
Mito 7: Es mejor el contagio que administrarse la vacuna
Falso. La influenza es una enfermedad que puede presentar complicaciones graves, que pueden requerir hospitalización e incluso llevar a la muerte. Por lo mismo, para proteger a todos/as, la vacunación preventiva es siempre la mejor opción.
Mito 8: El año pasado me vacuné e igual me dio influenza
Es posible enfermarse de influenza a pesar de estar vacunado/a. Sin embargo, los estudios indican que las complicaciones graves en personas vacunadas disminuyen considerablemente. Durante el invierno de 2019, en Chile, ninguno de los fallecidos/as a causa de virus influenza había sido vacunado/a.
Mito 9: Las personas resfriadas no pueden vacunarse
Una persona resfriada puede vacunarse. En el caso de tener fiebre es recomendable hacerlo una vez que el cuadro febril pase.
Mito 10: No es necesario vacunarse todos los años
El virus de la influenza cambia año tras año. Por eso es necesario proteger específicamente contra la variedad que circula durante este invierno.
Fuentes:
https://www.sanofi.com.mx/es/centrodeinformacion/derribando-mitos-la-influenza-estacional
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